#THOKPEOPLE: ALDO DRUDI

Con un carácter franco, abierto y alegre típico de los nacidos en la tierra de Romagna. Una mirada vivaz y atenta de alguien acostumbrado a ver las cosas antes de que se manifiesten, no con iris y pupilas, sino con la creatividad del genio, entrenada por años de experiencia.

Aldo Drudi crece en la “tierra de los motores”, y la pasión por la velocidad le fluye por las venas desde pequeño, cuando pedaleaba la “bici americana” de su madre hasta la cima de Gabicce Monte con amigos, y luego bajaba a toda velocidad directo al mar, pegando cartas de la baraja de escala cuarenta en la horquilla para reproducir el rugido del motor.

No logra convencer a sus padres para que le compren la moto de carreras, pero gracias a su talento para el dibujo, asiste a la Escuela de Arte donde nace y se desarrolla su pasión por el diseño dedicado a la velocidad en todas sus expresiones.

Un Ciao Piaggio personalizado, diseñado por él mismo y expuesto en una tienda de ropa, es suficiente para llamar la atención de Giancarlo Morbidelli, constructor de motos en Pesaro, quien le pide que diseñe la gráfica de la Morbidelli 500 monoscocca.

Así comienza su ascenso al Olimpo del diseño internacional: colabora con los pilotos de motocicletas más destacados para el diseño de cascos (Valentino Rossi en primer lugar), trabaja con el Dr. Costa de la Clinica Mobile para desarrollar protecciones para los motociclistas, diseña colecciones de ropa para motoristas, coordina la imagen de los principales equipos del Campeonato del Mundo de Motociclismo, dibuja el yate Anvera y el prototipo Honda Burasca, gana el premio “Compasso d’Oro” con el proyecto Dainese T-AGE suit…

La firma de Aldo Drudi, y de su D-Performance, también está detrás a los ingeniosos diseños de THOK y Ducati: «El THOK fue un proyecto ético: muscular y eléctrico en perfecta armonía con la naturaleza. La belleza de una e-bike es que te lleva a donde quieras, al igual que una moto, y fue mi experiencia en ese mundo lo que me ayudó a diseñar las líneas estéticas de bicicletas.

Con la MIG, la primera ebike de la marca THOK, optamos por resaltar la proporción de la batería en lugar de ocultarla, la subrayamos, la hicimos visible y le pusimos énfasis: resultó ser una ventaja. La idea de cubrir la batería con una cubierta, que luego se convirtió en un fuerte signo gráfico y distintivo de la bicicleta, se me ocurrió pensando en los parachoques de protección de los motores de las motocicletas.

Las THOK son ebikes esenciales, prácticas y tecnológicas; hemos coloreado y coloreado proyectos que son pura esencia».